miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un momento histórico


Eduardo Hernández




Algunos veteranos dirigentes de la izquierda uruguaya, -aquellos que no han claudicado frente a los coqueteos de poder, aquellos que han mantenido en alto sus principios, su moral y su ética, aquellos que no quieren cerrar los ojos y mirar para otro lado, frente a este nefasto gobierno-, afirman que “estamos viviendo un momento histórico”.

Asemejan el proceso político actual con los vividos en los años 60, y que condujeron a la unidad de la izquierda, en el Frente Amplio. No es aquel, sino este Frente Amplio, el que fracasó. Primero se “hinchó hacia el centro”, hacia la derecha, -sobre todo cuando se aproximaron los triunfos electorales, arribaron corrientes enteras de los partidos tradicionales, que nada tenían que ver con la izquierda tradicional-, se conformó el Encuentro Progresista, que dio finalmente paso a la Nueva Mayoría. Es ahí cuando el peso de las decisiones se desnivela en favor de los recién llegados y son muchas cuestiones que cambian profundamente. Y el rumbo es otro. Ya no se es más antiimperialista, anticapitalista, ni antioligárquico, sino todo lo contrario. En este período se han agudizado las acciones del sistema liberal, se ha ido más lejos aún de lo que habrían llegado los partidos tradicionales. El sueño del cambio, quedó en pasado. El modelo del hombre nuevo guardado en los cajones y las esperanzas del pueblo nuevamente postergadas. Pero las ideas, los pueblos concientes, los hombres luchadores, no dimiten bajo las malas administraciones, por el contrario incrementan su experiencias, buscan nuevos rumbos, se encienden nuevas llamitas que pronto van a hacer arder la pradera. Hoy a nadie le cabe duda lo adverso que ha sido este gobierno, pero solo con esta expresión no encontramos la solución. Tampoco tienen alguna solución los partidos tradicionales. Este modelo es el problema y lo que hay que construir son sus alternativas reales. Hoy las consecuencias repercuten en casi todos los ámbitos. El país que apuesta al modelo capitalista liberal, al impuesto por las multinacionales, por los capitales especuladores internacionales, a las recetas del norte, va dejando una brecha económica y social cada vez más profunda e irreversible. Cinturones de pobreza y marginación cada vez más amplios, pérdida de valores, inseguridad pública, problemas en la educación, en la salud, incremento en la franja de jóvenes que pueblan las cárceles, exportación de brazos y cerebros jóvenes descreídos de las posibilidades que les va a brindar su territorio, con sus empresas e industria nacional liquidada. Pero no está bien entregarse, el desafío es extraordinariamente difícil, porque cada lapso de gobierno ha sido para nuestro país regresivo. Pero un grupo de corrientes de opinión política, sindical, económica, cultural, etc. se han puesto a andar en sentido contrario, en los tiempos más recientes y otras lo vienen haciendo sin pausa desde hace más tiempo. Deberán, para sobreponerse, ignorar los “manipuleos” de opinión pública y de acciones, que se hace desde actores que defienden este modelo, que hoy se encuentran hoy muy bien coordinados desde esferas del gobierno, en áreas sindicales, sociales, culturales de comunicación, etc. También eludir a los incrédulos y apáticos que genera el mismo sistema y que les son una suerte de respaldo implícito. Los progresos no serán gigantescos, pero sí quizás más firmes (si no volvemos a cometer los errores del pasado), y si lo hacemos en base a lograr la unidad, de todos aquellos que hoy vemos desde la misma óptica. Si no se asume esta tesis como axioma, no habrá salvación posible para el colectivo de nuestra nación. Por eso en estos tiempos, hemos estado bregando por la unidad con logros muy significativos. Cada día son más los que se desprenden de este “simulacro de cambio”, que es este gobierno y se unen a los que ya vienen andando. Se desprenden y tienden a la unidad como lo hacían en la década del 60. Vienen “de todas partes”, como tantas veces han hecho los orientales. Pero están todos allí, a la espera de nuevas señales, de modelos realizables que se multipliquen a lo ancho y a lo largo de nuestra tierra y reviertan definitivamente estos malos tiempos. Ardua tarea tenemos por delante, sobre todo en poner de manifiesto lo positivo, esté donde esté y provenga de donde provenga (unidad en la diversidad), incesante tarea en corregir errores sobre la marcha, enderezar decisiones equivocadas, superar frustraciones y quebrantos. Todos, para lograr que los convencidos dejen de ser, como hasta ahora, una fauna escasa y dispersa, y formen el verdadero ejército de reserva con vista a la construcción del país que queremos.

La única posición ética era retirarse



Helios Sarthou

El veterano dirigente de la izquierda nacional, ha decidido abandonar al Frente Amplio, y hace en esta nota una exposición de motivos dentro de los que señala el cambio de rumbo de este gobierno declarado hasta en sus estatutos , antiimperialista, anticapitalista. Un gobierno que ha seguido los designios del imperio del norte, y una estructura política que no permite la expresión de las discrepancias en la interna, son como los dos ejes que condicionaron esta decisión.

La moción que presenté y fue aprobada por varios compañeros en el plenario que se hizo en la Corriente de Izquierda, era que resultaba imprescindible apartarnos del Frente Amplio por dos aspectos fundamentales: uno era que había existido una violación absoluta de los aspectos, principios y líneas ideológicas, no sólo del Frente Amplio sino de un izquierda fundacional que siempre había sostenido esos caminos y en segundo término la tesis del cambio desde adentro que sostenían algunos que consideraban que no debían retirarse; el cambio desde adentro es algo que se sostiene políticamente pero que no es verdadero cuando hay un verdadero bloqueo de la posibilidad de acción política de tipo popular. El primer aspecto, la entidad de la violación de las normas empieza por ser nada menos que la definición esencial del Frente Amplio, que hubiera tenido que merecer una denuncia en el Tribunal de Conducta Política tanto del Presidente como de los Ministros, porque implicaba desconocer la definición que da el Estatuto y la Declaración constitutiva, que señala que el Frente debía ser una fuerza política antiimperialista, antioligárquica, anticapitalista. Evidentemente que este fenómeno de desconocer la característica esencial definida por el estatuto trajo un conjunto de consecuencias que son de conocimiento que tienen que ver con la carta de intención que anula el Ente Autónomo Banco Central, privando al país de una política que, de alguna manera es fundamental para la vida de un país, su macro economía en manos del equipo técnico que va a depender del Fondo Monetario Internacional y de la Banca Internacional, es como una pérdida de soberanía muy grave la que está planteada a través de este funcionamiento. Está pactado, en la carta de intención, que lo vienen demorando porque pueden pensar que es peligroso lanzarlo frente al tiempo electoral que se viene. Además de la privatización de Pluna que acaba de hacer crisis, y que nosotros atacamos en la Mesa Política porque se desconoció la norma constitucional, no se llevó al Parlamento, fue una propuesta donde el país era garantía de los que compraban, una de esas cosas absurdas que son imposibles de entender; pero esas privatizaciones están incorporadas en la carta de intención como asociaciones pero es el mismo producto de la dependencia y de la eliminación de todo lo que pueda haber estatal. Este problema de la pérdida de identidad antiimperialista y anticapitalista ha hecho toda una política con el Tifa que vamos a sufrir en materia de medicamentos, la propaganda para el TLC, la mentira de que se iban a bajar subsidios, que se manejaron y después no se rebajaron, todo esto es el resultado de una situación de dependencia total de las orientaciones imperiales. Habría muchas cosas más para sostener en el plano económico, como es el caso de las pasteras que significa perder la tierra fértil, prácticamente le regalaron la zona franca, el agua que nunca he visto que un Presidente, por un decreto pueda modificar la voluntad política de la ciudadanía por un 64% y así fue para prorrogar la vida de la empresa de Agua de la Costa. El tema de Haití, compraron lanchas para enseñarles a vivir a los haitianos, es como colaborar con la intervención y gastar dinero en armas, que es otro de los desatinos absolutos. Mientras tanto Astori no cumplió con su deber como Ministro que era aplicar la convención de Viena porque permite no pagar la deuda externa que se generó en la Dictadura, a ella entramos con 400 millones y salimos con 4400 millones, o sea que hay 4000 millones que con todos los recargos hoy en día significaría un monto muy importante. Además no se explotó el Tratado Internacional de Derechos Humanos, Sociales y Económicos que establece expresamente que un país en crisis, y nosotros estamos en crisis porque estamos sosteniendo gente con asistencialismo, que es la mejor prueba de la crisis que tenemos, y que un país en crisis tiene posibilidades de graduar la forma de cumplir con la deuda externa que nos ha ido asfixiando, esto no se utilizó por parte del Ministerio de Economía. Todo esto es una consecuencia de la dependencia imperial, y ni qué decir la estética extraordinaria que ofendía al pueblo uruguayo de traer a Bush, aquí y presentarlo como el héroe de la libertad por parte del Presidente. Esto de presentar a Bush fue bien contestado por el pueblo, el PIT-CNT por un lado y por otro lado los grupos de la línea antiimperialista, constituyeron una repudio general a la venida del presidente norteamericano que es además un alineamiento en América Latina que hizo que no fuera el Presidente uruguayo a la toma de posesión de Evo Morales. Además hizo firmar, como “el patito feo”, cuando todos los países de Latinoamérica rechazaban el ALCA, en la cumbre de Mar del Plata, nosotros firmábamos un tratado de inversiones que es darle prácticamente una pista libre al capital. Sería muy largo dar todos los puntos que son discrepancias esenciales que ha creado este gobierno. Uno podría decir “pero eso se cambia desde adentro”, pero acá se hicieron los pasos necesarios para que eso no se pueda producir, segundo fundamento que nosotros invocamos para retirarnos del Frente Amplio. Mientras hubo un resquicio de poder luchar, luchamos. Las condiciones en que se ha planteado la acción política de este Uruguay, prácticamente no permite pensar que puedan existir los medios para corregir esta violación absoluta de principios. Especialmente de un principio que es fundamental que es el tema de los derechos humanos. El tener el poder absoluto en el Parlamento y no adoptar la anulación de la Ley de Caducidad viola un compromiso de sangre que teníamos nosotros con todos los caídos, porque si algún día teníamos el poder político, siempre pesamos y nos obligamos que íbamos a anular la ley. Exponer esto al riesgo de la búsqueda de firmas es evidentemente una trampa, porque si falla el número de firmas, -el otro día vi que estaban pidiendo que se movilizara el Frente para conseguir las firmas-, va a ser prácticamente limpiar la conducta de todos los represores y violadores de los derechos humanos. Tienen el poder y miran para otro lado. Esto también se sumamente grave. Los jubilados con la Ley 16713 que anunció o que se había anunciado que se iba a derogar, no se derogó . La AFAPs son empresas privadas que se han llevado 5000 millones de dólares del BPS y los jubilados están con jubilaciones miserables, y privados de todo lo elemental. Con todo este panorama nosotros decimos habría que haber podido actuar y poder accionar, pero hay varias cosas que son terminantes: 1ero. unidades de base, como elementos de consulta. Los Comités de Base están cerrados, y si están es para algo social. Las coordinadoras, que son coordinadoras de comités de base no existen tampoco porque son nada más que instrumentos de los partidos que dominan, porque evidentemente si no hay comité de base no puede haber coordinadora. Los Plenarios son arreglados, no hay, son los dirigentes los que arreglan los Plenarios y los Congresos y tengo pruebas de eso. En el Plenario de Licandro, aplaudimos a Licandro que había dado una nota de ética fundamental diciendo que el Tribunal de Conducta Política no funcionaba, y lo aplaudimos de pie, y cuando llegó el momento antes de notificarle que le habíamos rechazado la renuncia, lo habían sustituido, eso es increíble. Entonces de ¿de qué Plenario me van a hablar?. A mí en el Congreso también, se levantó alguien y no me querían dejar hablar y nos prohibieron presentar una moción. Es decir que aún en ese plano de lo colectivo está manejado por los grupos de dirigentes que fue notorio cuando buscaron el candidato a Presidente del Fa. La estructura global no abre espacios posibles para discutir. No hay instrumentos para pode incidir y cambiar las condiciones políticas. Nosotros que teníamos un lugar ganado electivamente por la elección interna del FA, junto con el 26 de Marzo, terminaron por echarnos, en forma virtual, al hacer al lado de la Mesa Política una “Mesita”, a la cual le adjuntaron los temas que les interesaban y le indicaron allí con el dedo que no podían integrarlo nada más que los que tenían representación en el Senado. Nosotros denunciamos esto en la Corte Electoral, estábamos esperando que eso se resolviera, pero ahora con este retiro esto ya queda en la historia. Es una falta de participación absoluta. Cuando uno se retira, lo hace porque no hay camino para accionar, ya que no hay ningún aspecto en el cual se pueda incidir. Y por acá pasan todas las cosas claves que motivaron nuestra desvinculación. Le llamo desvinculación y no renuncia. Porque la renuncia tiene algo de idea de pérdida, pérdida definitiva y nosotros no pensamos irnos para casa, vamos a seguir luchando. Es una desvinculación para más que nada un cambio de planes, para trabajar de manera de que por lo menos uno pueda sentir que las ideas que uno sostiene, están llegando a la gente. La posición contraria no se podía seguir porque hay algo que es grave. La gente dice “yo como protesto, no hay allí complicidad”, pero hay de la familia de la complicidad que es el consentimiento tácito. Si yo sé que no voy a poder cambiar estoy aceptando de consentimiento tácito. Mientras había una posibilidad de poder luchar, luchamos. Pero llegado el momento de que eso es imposible, la única posición ética era retirarse y crear en lo posible un espacio nuevo, que es el que el Frente Amplio no respetó, pero crearlo afuera, porque hay grupos y fuerzas que están con posibilidades de unificarse, para tener el caudal ideológico, no solo del Frente fundacional sino también de la izquierda histórica que nosotros vivimos, porque no solamente fue el nacimiento del Frente en el 71, sino que fue toda la lucha obrera desde principios de siglo que se tradujo, en el Congreso del Pueblo, que elaboró un programa que fue prácticamente el del Frente cuando se constituyó.