Demógrafo Guillermo Macció
El pasado 13 de noviembre el Presidente de la República, junto a la Ministra de Salud, María Julia Muñoz, firman el decreto por el cual vetan varios capítulos de la ley de Seguridad Sexual y Reproductiva, en los que se establecen la despenalización del aborto. El demógrafo Guillermo Macció, realiza una serie de puntualizaciones en lo que respecta a sus derivaciones políticas, ideológicas y filosóficas, que son expuestas en el Diario La Juventud, del pasado domingo 16 de noviembre y que reproducimos para nuestros lectores.
“Si no recuerdo mal Vázquez proviene de un partido socialista y fue elegido en una lista del Partido Socialista. Quiero recordar que todos los partidos socialistas prácticamente desde su fundación, en el mundo y los países socialistas, todos han incorporado la práctica de la interrupción del embarazo como un servicio público de salud casi irrestricto. Es decir que la postura socialista que adopta el presidente contraviene una línea ideológica e histórica que nace en el siglo XIX en todo el mundo socialista. Quiere decir que tenemos acá una innovación ideológica. Yo me pregunto cuantos de los verdaderos socialistas que aún sobreviven en el país van a manifestar su opinión respecto de esta ruptura de una postura partidaria de principio que ha estado siempre vigente. El segundo enfoque, es que me parece que el veto del Sr. Presidente es una verdadera burla a la bancada parlamentaria del partido de gobierno, porque a pesar de amenazarlos y saber, se ríe y se sienta en la autoridad presidencial para dictar una disposición que fue largamente discutida que para mí está lejos de ser un texto jurídico claro y contundente, pero que supuso el esfuerzo de años de la gente que hizo de eso y otra, la de los partidos más de derecha, como el Partido Colorado y del Partido Nacional que se opusieron cosa que ya era sabida.Hay una conjunción de fuerzas adversas que yo calificaría de oscurantistas que el presidente hace suyas, argumentando con adjetivos y cuando uno argumenta con adjetivos la argumentación pierde mucha fuerza. El tercer punto de reflexión es, que él en un momento lo escuché en una aparición pública- decía que él se oponía no como ciudadano si no como médico. Más allá del acto de arrogancia que esto significa, cualquier pensador, cualquier estudioso, albañil, demógrafo, jurista, filósofo, tienen la misma fuerza argumental que un médico, porque un médico no conoce más de aborto por ser médico que cualquier otro estudioso. Allí veo un argumento de arrogancia académica y de autoridad en la que no se puede sostener porque era el mismo argumento de la inquisición de que los curas condenaban porque ellos tenían la verdad de dios. Ninguna de las argumentaciones valen y es demostrativo de que el presidente y sus elenco no han estudiado a fondo las vertientes doctrinales desde Santo Tomás y San Agustín para acá respecto al aborto. Quiero recordarle que en la iglesia cristiana de la Edad Media el aborto estaba permitido hasta los 40, 60 días de embarazo según fuera un feto femenino o masculino y que solo una decisión pontificia de 1863 lo convirtió en hominización instantánea. Es decir estamos trabajando y argumentando con verdades sobre dogma y sobre dogma la sustentación es el acto de fe. Ha sido vetada una ley por un acto de fe del Sr. Presidente de la República, no es distinto a un juicio de la inquisición del siglo XVI o XVII. En cuarto lugar, coloca al Uruguay otra vez en una situación bastante esotérica, extraña, ridícula porque en el mundo hoy el tema doctrinal en materia de aborto está zanjado, salvo por los fundamentalistas de vieja estirpe sobretodo de Europa y en, los Estados Unidos, pero la legislación sigue avanzando porque la decisión de la sociedad contemporánea, humana, se inclina más por el derecho de libre decisión de la mujer y la pareja. En consecuencia acá encontramos una especie de pensamiento tipo franquistas, musolineano, de esa índole, con un lenguaje más moderno pero el principio de autoridad sigue siendo el mismo. Y también me pregunto por último, cuantos verdaderos principistas de izquierda, , socialistas, comunistas, comunistas de la vertiente ex soviética que son la que predominan hoy en el espectro político uruguayo, inspirados en la revolución cubana, en la revolución sandinista, en los movimientos progresistas del mundo, y cuantos de esos, y como se sentirán hoy ¿van a enjuiciar al presidente por un acto de reversión ideológica o se van a ir de sus bancas? Van a renunciar, van a protestar, ¿qué van a hacer? Porque es un acto de autoridad, yo diría infamante, y que deja en muy mala posición a todo el cuerpo de legisladores, comisiones, delegados partidarios, pensadores que han aportado su esfuerzo y su talento para esta decisión. Creo que hay una consecuencia entre este acto de gobierno y la traslación de las figuras del monumento a un Papa en vida que se colocó en el atrio de la iglesia de Br. Artigas y Goes, Iglesia que pertenece al Opus Dei y luego se convierte en monumento público tomando una posición ideológica y dogmática que consagra la perpetuidad una cruz, y resulta el monumento más prominente de Montevideo y recuerda o da fe de la presencia fugaz de un Papa que se caracterizó precisamente por su postura reaccionaria y subversiva a todo lo que era la Encíclica de Juan XXIII y lo que eran los movimientos de la Iglesia para la Liberación en América Latina. Así que quien no se ubique en el contenido, en el sustrato de esta actitud presidencial es precisamente porque no la quiere ver. Y los laicos como yo, los libres pensadores como nuestros ciudadanos tenemos que estar muy fastidiado y muy frustrados y buscar vías cívicas para contrarrestar este bochorno nacional e internacional en que el Presidente nos ha sometido”.
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